Fotógrafos ciegos

Estos son algunos fótografos ciegos que pese a su discapacidad consiguen fotografíar lo que no ven.

Evgen Bavcar

© Evgen Bavcar

Gerardo Nigenda

© Gerardo Nigenda

Flo Fox

© Flo Fox

Sin gafas

Quizas para algunas personas estas imágenes son simples fotografías desenfocadas que no dejan reconocer el sitio o lugar donde fueron tomadas pero en mi caso es mucho más, tanto que lo llevo soportando desde el día que, tras no poder leer la pizarra, me pusieron gafas.



Mi vista, como la de tantos otros miopes, en realidad es así, si me quito las gafas lo veo todo desenfocado, confuso. Los objetos y muebles se distinguen pero no se ven nitidos, levantarse y mirar a la mesita junto a la cama y no encontrar las gafas se convierte en la auténtica búsqueda del tesoro, cuando las manos son realmente necesarias para encontrar mi solución al problema, mi vuelta a un mundo enfocado.



Las fuentes de luz como farolas, semáforos, carteles luminosos, para personas con una visión normal son objetos que con una bombilla ayudan a ver por donde van o controlan el tráfico. Para mi, las luces se vuelven homojeneas, tienen la misma forma circular y se diferencian por colores, creandose composiciones infinitas como las fotografías aquí expuestas.



Esto me llevó a crear mi proyecto fin de carrera, mostrar a los que ven lo que otras personas sienten tras sus gafas y cómo esas experiencias pueden o no condicionar las acciones cotidianas.

Prisas

No es extraño que me encuentre en un lugar de viaje junto a una cámara de fotos, es mi otro ojo que se encarga de registrar aquellas cosas que la memoria olvida...

Estando en una estación de tren, tras encender la cámara, retrate a las personas que cruzaban a mi lado. Sólo se grabó la estela de las prisas de algunos viajeros en contraposición a las personas que permanecían sentadas a la espera.

Visita a la exposición ATLAS en el Museo Reina Sofía

Este miércoles estuve junto con varias compañeras de clase (que por cierto, las cuatro se llaman Bea, ...) en la exposición ATLAS en el Reina Sofía tras varias recomendaciones de profesores de la facultad en sus repetidos intentos para fomentar que los alumnos visitemos los museos por nuestro propio bien.

La verdad es que llevaba sin ir a este museo mucho tiempo, y como ese día conseguimos ponernos de acuerdo pues aprovechamos para visitar esta exposición y de paso las circundantes en esa zona.

En esa exposición había obras de varios autores y de diferentes técnicas, a parte de fotografía. Me gustó por un lado la muestra de cómo trabajaban algunos artistas viendo sus bocetos y materiales que trasladan al visitante al estudio de ese autor y por otro lado la conexión que existía entre algunos de ellos que de otra manera, a lo mejor, hubiera pasado desapercibida.

En sí, cada uno de los que estabamos allí sacaría sus propias conclusiones. En mi caso, la exposición me gustó por algunas obras pero también me llamó la atención los textos que se ivan intercalando en el recorrido por la sala, los cuales intentaban explicar pero también dejaban razonar.

Y como en otras exposiciones, al ir recorriendo visualmente las obras, paralelamente en mi cabeza se iva acumulando una sensación de querer ponerme a trabajar y producir imágenes que no podía evitar. Menos mal que luego fuimos a ver la exposición temporal de Renoir en el Museo del Prado y se esfumaron esas ganas de producir ya que cada uno sabe donde están sus límites y en mi caso, la pintura a esos niveles es como viajar a la luna sin nave, poco menos que imposible.

Lectura del libro El beso de Judas

Tras tanto tiempo pasando junto a este libro encerrado en un estante del apartado de fotografía de la biblioteca del campus hoy he decidido adentrarme en su lectura para poder sacar conclusiones y reforzar mi proyecto fin de carrera el cual sigue en pleno proceso.

La verdad es que solamente con el prólogo ya voy saboreando lo que me espera en las páginas sucesivas y a decir verdad, creo que me va a interesar bastante. Intentaré complementar la lectura con las imágenes de sus obras y proyectos.